Según datos del INEGI los productos de los cuales la materia prima proviene de metales e hidrocarburos son los que más han aumentado sus precios, con incrementos en el promedio de hasta un 42%.
Se pronostica un gran impacto en el precio de la vivienda debido al incremento de hasta 50% en los costos de materiales de construcción, lo que conlleva aumentar el costo promedio de las casas hasta un 17% en lo que resta del 2022.
La rentabilidad de la venta del acero ha caído en comparación a los meses anteriores.
Por otra parte, la plomería ha ido incrementando en cuanto a relevancia por mejoras debido a las temporadas de lluvia, por lo que esta conducta podría llegar a extenderse unos meses más.
No obstante, dicho panorama se ve óptimo debido a la asimilación que se han proporcionado después de los cambios en las cadenas globales y de suministros y la estabilización de los precios.
Según la OMC (Organización Mundial del Comercio), planea un crecimiento arriba del 3% para el cierre de este año 2022 en el intercambio de mercancías en Norteamérica.
La recuperación del mercado laboral puede emancipar aún más a los jóvenes; esto provocará un aumento de la demanda de alquileres y una disminución de la demanda de viviendas para comprar y vender.
Aspectos como la inflación, el aumento de los costes de producción, una recuperación de la economía o una nueva ley de vivienda marcarán la evolución del mercado inmobiliario en 2022.
Este 2022 es un factor crítico en el desarrollo del mercado de la construcción, pero dadas las predicciones y los datos que nos ocupan hoy (así como las consecuencias no deseadas del conflicto en Ucrania), creemos que será un buen año.